Espacios abiertos: FinTech en CDMX

Los escenarios históricos son un punto de encuentro de ideas frescas e innovadoras, nos permiten abrir la mente para recibir con entusiasmo las transformaciones necesarias y los ajustes que van de una generación a otra. Hace algunos años, cuando trabajaba en Palacio Nacional guiando a turistas de todas partes del mundo, escuché hablar por primera vez de algo llamado “gobierno abierto”, de boca de una muchacha argentina con los murales de Diego Rivera de fondo. Y la sincronía es fascinante, si recordamos que el nombre que el pintor guanajuatense dio su mural monumental: Epopeya del Pueblo Mexicano, tiene un sentido profundo: para que el cambio social ocurra, es necesaria una lucha, la de clases y esperar el triunfo del comunismo agrario. Ahora bien, la idea del gobierno abierto es considerada una doctrina política surgida a partir de la adopción de la filosofía del movimiento del software libre, alineada con los principios de la democracia, por lo que entre más avances tecnológicos ocurran, mayor apertura de todos los canales sucederán. Es como si las ideas de la generación previa que anclaban sus esperanzas en el comunismo, ahora tienen sustento en la era digital y sus conquistas, cada vez más encaminadas a que los ciudadanos del mundo (pues las fronteras raciales, idiomáticas y geográficas están superadas en la web) tomen decisiones trascendentes que afectan su realidad inmediata, desde la interfaz de una pantalla. Quizá necesitamos fundamentar más toda esta fantasía que me he fraguado desde la memoria y las suposiciones. Bueno, vamos a allanar el camino y echar un vistazo a la unión de Finanzas y Tecnología o FinTech.
Open World
En los videojuegos existe una categoría conocida como mundo abierto, y consiste en la exploración de un vasto escenario virtual al ritmo y gusto de cada jugador, lo que prácticamente hace infinita la experiencia, además de enriquecerla. Supongo que algo similar implican las aperturas que ocurren en nuestra realidad fuera de las pantallas, pues se trata de transparentar, eficientizar y poner al alcance de todos las mismas oportunidades. Con el paso del tiempo, ha sido cada vez más recurrente la adición del adjetivo “abierto” para referirse a espacios, eventos, servicios y productos de diversos sectores y alcances.
Open talks
Las charlas abiertas han sido en años recientes una alternativa para generar diálogos y efectivamente aperturar ciertas cuestiones que de otra manera involucraría el aval académico, la contratación de conferencistas, la renta de un espacio determinado y un largo y tortuoso proceso burocrático o de prestadores de servicios. No más. En la era digital, las open talks ocurren en espacios compartidos, de coworking, en sedes como WeWork, a los que el registro se simplifica vía e-mail, o con un preregistro en línea, sin mayores contratiempos.
Estas charlas, hasta cierto punto informales y casuales, buscan llevar a públicos diversos información relevante, concisa y actual sobre temas en el escenario de transformación permanente que implican los ámbitos científicos y tecnológicos, sin mayores recursos que los esenciales para que un orador o presentadora habilidosa, logren captar la atención del público y dar paso a nuevas ideas o planteamientos que logren establecer un diálogo directo al instante, que prosigue a través de redes sociales los días posteriores al evento en cuestión. Resta decir que gracias al streaming, son innumerables los asistentes a estas pláticas, pues si les es imposible asistir presencialmente, muchos espectadores siguen la disertación desde sus hogares, oficinas o prácticamente cualquier lugar con conexión a internet.
Economía digital
Según un informe de la ONU presentado hace un par de meses la economía digital sigue evolucionando a una velocidad vertiginosa, impulsada por la capacidad para recopilar, utilizar y analizar un volumen masivo de información que las máquinas puedan asimilar (datos digitales) sobre prácticamente cualquier cosa. “Esos datos provienen de la huella digital que dejan las actividades personales, sociales y empresariales que se realizan en diversas plataformas digitales.” Y lo más destacable es que “el tráfico mundial a través del Protocolo de Internet (IP), un proxy para los flujos de datos, pasó de unos 100 gigabytes (GB) al día en 1992 a más de 45.000 GB por segundo en 2017.” Por si fuera poco, y quizá debido a esta alza en las velocidades de transmisión de datos, la apuesta del sector privado en México se relaciona, entre otras campañas, con algo denominado Programas de aceleración, los cuales ofrecen ventajas para emprendedores y startups con base en las finanzas, pues lo que se busca en esta carrera que mezcla la tecnología y las finanzas, es que la una impulse a la otra, y viceversa. Sin embargo, antes de correr, hay que aprender a gatear, dicen por ahí, y al respecto el informe concluye y asevera: “Los gobiernos podrían centrarse menos en “hackatones” (sesiones de creación tecnológica colaborativa) y bootcamps (cursos de aprendizaje práctico e intensivo de corta duración) o en proyectos de alto perfil (como los parques tecnológicos), y más en fomentar la creación de conocimiento tácito en las empresas a través de programas de mentoría, formación profesional, puestos para aprendices y pasantías.”
Las siete maravillas del Mundo (Tecnológico)
Un artículo publicado recientemente en el periódico La Jornada, asevera que la economía digital está concentrada en 70 plataformas en el mundo, la mayoría de Estados Unidos y China, que en conjunto rebasan los 7 billones de dólares. Sin embargo, sólo siete “superplataformas” -Microsoft, Apple, Amazon, Google, Facebook, Tencent y Alibaba- acaparan dos terceras partes del mercado. Y es justamente la economía digital basada en la extracción, control, análisis, sistematización y comercialización de datos, la que genera enormes ganancias concentradas en las empresas digitales antes mencionadas. De alguna manera, todos ayudamos al enriquecimiento de estas empresas al entrar en sus sitios web o utilizar sus servicios mediante aplicaciones o utilizar los productos. Nuestros datos valen oro, y quizá nunca reparamos en ello.
Open banking
El open banking es un modelo operativo para que las instituciones financieras intercambien información entre ellas, con el fin de generar productos adecuados a los usuarios y generar mayor competitividad. Para que esto suceda, las entidades deben establecer interfaces de programación de aplicaciones, (APIs, por su siglas en inglés) que serán las herramientas por las cuales se intercambie la información. Esta apertura supone transparentar el funcionamiento de la banca tradicional, más selectiva y hasta cierto punto recelosa de los datos de sus clientes. Veremos si funciona y sobre todo, si genera mayor confianza en una institución como la financiera, que busca a través de su alianza con el sector tecnológico, dar el paso decisivo para ganar nuevos clientes que prácticamente lo realizan casi todo, desde la pantalla de sus dispositivos y gadgets.
FinTech es Ley
Ahora es cada vez más común el uso del término FinTech, que se refiere a una unión entre las finanzas y la tecnología, o bien, la nueva forma de manejar el dinero mediante recursos digitales. Con la Ley FinTech, México se convirtió en uno de los pocos países, después de Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda y Singapur, en tener un marco normativo para el modelo de open banking; sin embargo, al incluir a más empresas respecto a otros países, el reto es mayor. Básicamente lo que esta ley pretende, será regular la operación de las Instituciones de Tecnología Financiera y generar un clima de confianza para lograr en breve, que los pagos se realicen cada vez menos en efectivo, y cada vez más mediante tarjetas digitales.
Open Space Mexico
Ubicada en el Paseo de la Reforma 501, la torre del corporativo Banco Bilbao Vizcaya Argentaria es considerada por arquitectos y urbanistas, un ejemplo idóneo de un edificio inteligente, y por muchos mexicanos, como un punto de referencia obligada al poniente de la ciudad, en donde, entre otras cosas, se han generado homenajes masivos como el de hace algunas semanas, en honor al caballero de la noche. Pues bien, en el piso 33 de este emblemático edificio, se localiza un centro de innovación, un hub tecnológico, dedicado a inspirar e impulsar propuestas dirigidas a generar nuevos caminos en el ámbito FinTech. Este espacio abierto, es un sitio en mejora continua y ofrece nuevas alternativas para todo el ecosistema de innovación y emprendimiento del país. Ahora busca consolidarse como punto de encuentro abierto a distintas iniciativas y al desarrollo de las soluciones tecnológicas para explorar conjuntamente nuevos acercamientos al negocio bancario y encontrar el entorno propicio para el intercambio de experiencias y conocimiento.
Hackathon BBVA México 2019
El Open Space de BBVA ha llevado a cabo desde el 2016 un evento denominado Hackathon, en el que concurren las startups y emprendedores del mundo de las finanzas tecnológicas en búsqueda de un impulso a sus proyectos y un jugoso premio a la mejor iniciativa. Este año, al evento llevado a cabo del del 6 al 8 de septiembre, acudieron programadores, diseñadores financieros, mercadólogos, data scientists y universitarios, entre otros muchos asistentes. Se recibieron 1,548 solicitudes en total y participaron 617 jóvenes, de los cuales 124 fueron mujeres y 493 hombres. Asimismo, se formaron en total 125 equipos para trabajar en siete retos: cuatro de BBVA y tres de sus aliados para este evento (Accenture, Global Hitss y GBAC-IFC) y un premio al equipo que mejor utilizó la tecnología CISCO. Además, se contó con la colaboración de 230 mentores, de los cuales 122 fueron de BBVA México y 108 de la comunidad fintech.
And the winner is…
El ganador del Hackathon de este año fue uno de los equipos que participaron en el reto BBVA-Categorizador Enterprise, compuesto por tres jóvenes, quienes llegaron a una solución para este reto que tuvo como objetivo construir un mecanismo utilizando ‘machine learning’ para categorizar de forma automática los movimientos bancarios de una empresa y el análisis de flujo de efectivo. “Somos el equipo ‘taquito software’ y estamos muy contentos. Este premio significa que nuestro trabajo durante tres días ha valido la pena y estamos felices”, comentó Antonio Herrera, uno de los integrantes del equipo ganador.
¿Quién gana realmente?
Queda todavía un tramo largo por recorrer en la aceptación de las finanzas digitales en nuestro país. Por ahora, el panorama pareciera alentador y proclive a modificarse hacia fin de año y comprobar la eficacia de los nuevos sistemas que, en apariencia, facilitaran los manejos económicos desde las grandes compañías mundiales, hasta comprar un kilo de tortillas en los expendios de los barrios populares. El verdadero ganador, a mi juicio, es el sendero tecnológico, pues sus avances continuos le confieren total autonomía con respecto a las cambiantes y turbias emociones humanas. Ahora mismo, mientras escribo estas líneas, una marcha en conmemoración de la violenta represión estudiantil del año 68 en México, se aproxima al corazón político de la Ciudad de México: El Zócalo. Algunos negocios y establecimientos, previendo daños y destrozos, han cerrado, y en muchas oficinas aledañas, los empleados han salido temprano, para llegar a sus casas sin contratiempos. Sin embargo, las FinTech, ajenas a esa tendencia humana, van en su propia marcha conmemorativa: celebran con vítores de algoritmos y programación, su victoria sobre la economía del siglo pasado.